CARTA A UN HIJO

Intenté plasmar en esta carta múltiples ideas que me acompañaban. Pero ahora que comienzo, parecen escurrirse entre mis pensamientos, y me resulta difícil saber por dónde empezar. Oro y espero que, en mis letras, encuentres la sinceridad y el amor suficientes para transmitirte, desde mi más profundo ser, lo que quiero decirte, hijo mío. Recuerdo vívidamente la expresión de tus ojos, llenos de vida y significado; ojos que no necesitaban de muchas palabras para expresar de manera franca lo que albergabas en tu interior. Ahora, tras 20 años, conservas esa mirada intensa, viva, penetrante; hablas sin necesidad de verbalizar nada. En definitiva, tienes una mirada maravillosa. En la actualidad, estás enfrentándote a situaciones difíciles y amargas, a crisis inesperadas que, por lo que veo, son las primeras grandes crisis en tu vida adulta. Mi primera reacción como padre es querer ayudarte y, de alguna manera, intentar arrancar este episodio de tu vida para evitar que sufras. Es ...