VENCIENDO EL MIEDO


Hace unos pocos días, en medio de una de las tantas conversaciones que sostengo con mi querida esposa, surgió un momento mágico que logró aterrizar en mi mente el final de una búsqueda. Gracias a esa maravillosa intervención, definí el primer artículo que estaría en mi Blog: "El demonio más grande de la Humanidad: EL MIEDO". ¡Gracias, esposa mía, por esa ayuda que permitió desatascar el comienzo de esta aventura!

Estoy aquí hoy en un intento secular de resolver una ecuación que siempre estuvo en mi mente y por la que pasaron infinidad de situaciones fallidas, muchas noches de insomnio, miles de atropellados pensamientos y luchas internas. Una búsqueda interminable en libros, internet, conferencias y terapias; una búsqueda constante desde elementos sencillos en la cotidianidad diaria, en medio del caos del tráfico, en días oscuros y otros hermosos llenos de sol, cualquier espacio en mi trabajo, incluso en medio de una ducha reconfortante, etc. Curiosamente, las conclusiones más provechosas tenían suceso cuando buscaba un poco de vacuidad en mi mente para liberarme de tantos cuestionamientos. Esto también es un intento de expiación pública por el tiempo perdido y por el desgaste de energía en otras cosas que solo me han traído distracción y poca evolución. Es, además, un acto de Fe. Un salto de Fe con los ojos cerrados, pero con la certeza absoluta de ver una dirección donde solo existe luz y gran energía como consecuencia natural; porque el gran cimiento que sostiene este proyecto está respaldado en dos inmensos y poderosos pilares: La Compasión y El Amor.

Ahora, adentrémonos en lo que es el miedo desde el punto de vista de la psicología humana y desde el punto de vista químico en el organismo. El miedo es una emoción que surge como consecuencia de una orden de la mente al cerebro, generando un estado de ansiedad y llegando hasta el terror, que es la expresión más grande del miedo. Se afecta el metabolismo celular, la presión arterial, la glucosa en la sangre, la actividad cerebral y el sistema inmunológico se detiene. La sangre fluye hacia los miembros inferiores, preparando al cuerpo para huir; el corazón se acelera y el flujo de adrenalina se incrementa, dilatando las pupilas y cambiando las expresiones faciales. En situaciones de peligro, el miedo como reacción natural aparece y da como resultado acciones dirigidas a la supervivencia. El miedo se manifiesta como incomodidad, preocupación, ansiedad, nerviosismo, tensión, temor, fobias, etc. En la mayoría de las ocasiones, el miedo es una reacción sobre "algo que va a suceder" y no sobre algo que está sucediendo en el presente; uno está aquí, pero la mente está en el futuro. Se manifiesta como reacción ante la posibilidad de una pérdida, un fracaso, ser herido, etc. Si profundizamos en la raíz del miedo, encontramos un gran elemento escondido que se ve amenazado y que manifiesta su vulnerabilidad: el Ego. El Ego y el Miedo son hermanos; el uno no puede vivir sin el otro. El miedo sobrevive, depende y hace esclava a la mente.

El miedo se constituye como la principal arma que se utiliza diariamente para, supuestamente, mantener el orden en una sociedad; se utiliza en diversos frentes: políticos, culturales y quizá en el más dañino, el religioso. No hay nada más horrible y deformante que el miedo. El miedo coarta, entumece y reduce al Ser. Esclaviza y aturde los sentidos. Definitivamente, las élites que conocen su inmenso poder lo utilizan para someter. Ya desde la Biblia, en apartes de la historia de Adán y Eva, se veían ciertos rasgos referentes al miedo, cuando se les advirtió sobre el comer del fruto de un árbol en particular. Ciertas religiones comienzan a adoctrinar a sus creyentes desde una edad temprana con amenazas de sufrimiento eterno e infinito si no se cree en sus postulados o si no se aceptan sus normas. El miedo es utilizado como dominación política, control social y religioso.

¿Quién, ante una situación cualquiera, no sintió ese escalofrío curioso que inunda el rostro y humedece las manos? ¿Quién, previo a una situación importante, vio en su mente sucesos incontables de terror? En esos momentos de terror, creamos infinidad de hechos aterradores, insufribles, cantidad de imágenes y trucos mentales que nos hacen perder el control. Pero tengamos en cuenta algo cierto: siempre la realidad es más fácil, más elemental y más sencilla de lo que nos imaginamos en esos momentos de terror.

Hay un elemento con el cual fuimos domesticados desde niños: "quédate quieto, no hagas eso porque te castigo"; "mira que si piensas de esa manera te va a ir mal"; "no debes hacer eso porque seguro no tendrás éxito y se burlarán de ti". Utilizando otros ejemplos y adentrándonos en terrenos más fangosos que tocan ciertos dogmas y creencias: "no hagas eso porque te llegará el castigo divino y estarás fuera del cielo"; "no pienses de esa manera, que no te escuchen hablar de eso"; "¡No, por Dios! ¿cómo fue posible esa situación? Cómo piensas así, debes ir a confesarte". Y otras más que dan risa: "¿por qué te vistes de ese color?"; "ese programa de televisión no está bien"; "¿Oye hijo, qué es ese libro que estás leyendo? Ten cuidado con eso". En fin, hay infinidad de situaciones donde desde pequeños nos inyectan una pequeña pero constante dosis de ese veneno de miedo. Con el paso de los años, concluimos rodando en ese círculo vicioso y terminamos dándole su dosis respectiva a nuestros seres más próximos: nuestros hijos, nuestro cónyuge y, en una perversa y curiosa venganza, a nuestros propios padres en el final de sus días. Así pasan los años y terminamos nuestro tiempo como ingredientes en ese desagradable, manipulador y horrendo caldo del Miedo; sirviendo a otros y sometidos por organizaciones que conocen la verdad y que han dominado a la humanidad durante siglos; envueltos en esa matriz en la que aparentemente estamos lúcidos, pero en la que en realidad estamos en un profundo y terrible sosiego inconsciente. 

¿Quién, frente a una situación que implica incertidumbre o novedad, no sintió miedo? ¿Cuántas veces, a las puertas de una entrevista de trabajo, una reunión importante, un gran compromiso, la perspectiva de un negocio o una primera cita, fuimos presa del miedo y todo nuestro ser se trastornó? Todos nosotros, seres humanos, hemos experimentado esto sin duda alguna.

Estos ejemplos son solo algunos de los muchos momentos en que el Miedo se hace presente. Parece que nacemos con él impregnado en nuestro ADN. Cuando un bebé recién nacido percibe que su madre no está cerca, ¿siente Miedo? Puede ser. Ese sentimiento primitivo de la ruptura umbilical parece cargar las primeras dosis de Miedo.

Podría decirse que el miedo es natural; definitivamente, hay muchos escenarios diarios en los que experimentar ese miedo es un proceso normal como instinto de supervivencia que en ocasiones de la vida nos brindará herramientas para huir o producir cambios en la química del cuerpo para sobrevivir. Pero, ¿qué hay del miedo horroroso, abominable, utilizado de manera eficaz por algunas organizaciones dogmáticas que han dado por única verdad sus creencias y sus preceptos? No hablo aquí de ninguna en particular, pero podría afirmar sin temor a equivocarme que todas conocen y utilizan el miedo para su provecho, para someter, para coartar y para esclavizar.

Centrándonos en un tema, recordemos, por ejemplo, la santa inquisición, otrora temida, absurda y brutal. No es difícil compararla, en la actualidad, con grupos terroristas y extremistas. ¿Cuál fue, en el fondo supremo de su brutalidad y locura, su propósito? En primera instancia, y bajo sus métodos, ocultar la verdad y, en segundo lugar, aterrorizar y causar MIEDO para someter. ¡Y vaya si lo debió causar! Imaginemos esa época oscura, lenta, inmersa en la pobreza y el hambre. En esos tiempos oscuros, donde el grueso del pueblo, la gran mayoría, no recibía ningún tipo de educación (otro método de ocultar la verdad) y donde lo más cercano a una educación o a una doctrina eran esos preceptos dados por la iglesia en sus ceremonias en latín (otra forma de ocultar la verdad) y en sus "enseñanzas". Dirigida por personajes que fueron "sagradamente" escogidos por Dios como sus voceros en la tierra y dueños de la verdad absoluta. ¡Qué locura! ¡Ay de aquel que pretendiese cuestionar, en un gramo, sus leyes y preceptos! ¡Ay de aquel que pensara distinto! Se exponía a ser condenado como hereje y a ser sometido a los más terribles castigos. Según algunos registros, más de 350 mil personas fueron procesadas por la santa inquisición, y más de 30 mil de ellas fueron ejecutadas, ¡asesinadas! En fin, esta organización creada por los Reyes Católicos como instrumento de Miedo y sometimiento.

Más recientemente, muchas guerras tuvieron como mejor aliado el Miedo, convirtiéndolo en uno de sus principales instrumentos. En la Segunda Guerra Mundial, con el Nazismo y Adolf Hitler a la cabeza, sus cámaras de gas y sus infinitas formas de tortura y exterminio, imaginemos el terror sufrido y el Miedo supremo en el pueblo judío. Otras muestras, más cercanas a nosotros, son la extrema violencia de los últimos 50 años, donde el vencedor será aquel que más Miedo produzca, aquel que más seres humanos mutile, descuartice, destroce y viole.

Si continuo con más ejemplos, no terminaría en mucho tiempo. En el planeta entero, el rey es el miedo.

Pues bien, cualquiera que sea el origen del miedo, lo cierto es que está ahí, latente, todos y cada uno de nuestros días como un parásito, chupándonos la energía, reduciéndonos y castrando nuestras ilusiones, privándonos de alcanzar lo que queremos en nuestros sueños, escaseando el éxito y replicándose al final en la salud, provocando mentira, ira, dolor, envidia, tristeza, celos enfermizos, insufribles agonías en el espíritu, matrimonios terminados, suicidios, vicios, fobias; en fin... mucha, mucha ENFERMEDAD y tarde o temprano atacando y reduciendo en nuestros corazones ese gran elemento que todo lo mueve: EL AMOR.

Reitero aquí mi intención de sacudirme de mi miedo, de enfrentarlo, de verlo a los ojos y apartarlo de manera definitiva de mi existencia. Aquí, hoy y ahora, asumo mi tarea y mi misión como sanador, como herramienta de Dios y de la vida para ayudar a la humanidad. Esta manifestación no tiene consigo ninguna inclinación religiosa ni nada parecido, es simplemente el germen final e inicial, paradójicamente, de un sentimiento mío que siempre ha estado en mi ser. Es la respuesta a un llamado de la fibra más íntima de mi corazón y de mi vida. Tengo las herramientas, tengo el corazón, tengo las inmensas ganas de servir y ayudar a esta humanidad tan agobiada y dolida, y tengo eso que la humanidad entera pide a gritos todos los días, eso que cada persona busca en su mirada y que se puede manifestar en un sencillo abrazo, en una sonrisa, en un gesto pequeño, en una flor; eso que este mundo tan acelerado y frío no lo ve aún, observándolo todos los días en sus hijos, en su familia, en la luz, en el verde de las plantas, en la luz del sol, hasta en la misma agua que tanto ha caído estos últimos días. Tengo eso que la humanidad demanda todos los días y que es la antítesis del odio, de la rabia, del dolor, de la envidia, del estrés, del mal genio, de la enfermedad, ¡de la muerte! Tengo eso con lo que fui creado, con lo que todos fuimos creados, en lo que se basaron los principios con los que mis padres me criaron, tengo eso que a diario le doy a mis hijos, a mi amada esposa y a mis seres queridos, tengo eso que mueve mi corazón y lo que le da la energía y el poder a mis actos de ayuda; tengo ese gran secreto que todos tenemos, pero que por la miopía de la vida moderna no vemos. Permítanme darlo, manifestarlo y ayudar, estoy aquí dispuesto con corazón a dar para bien de cada uno y para mi propio bien.

¡Porque así lo quiero, porque así lo quieres, porque así Es!

Tengo lo que buscas, solo ven y recíbelo. Es un gran regalo con el que todos nacimos, pero que se ha desvanecido, se ha diluido de su origen verdadero. Rescatémoslo juntos y vivamos mejor. No es complicado, es cuestión de decisión; de decidir ser más felices, más sanos, más tranquilos, más alegres. Es cuestión de dar amor y quizás lo más difícil: de permitirse recibirlo.

Lo que impregna mis intenciones y mi trabajo ahora y lo que les ofrezco no es otra cosa que AMOR. Más allá de una definición científica, religiosa, filosófica o incluso artística, lo que ofrezco es AMOR despejado de cualquier apego o deseo, solo con la intención alegre de servir y ayudar. Nace desde mi esencia, desde lo que he descubierto poco a poco en estos años de estudio y evaluación: EL AMOR Y LA COMPASIÓN.

Sé que a muchos les sorprenderá esta aparición mía y en este escenario. ¡A mí también! Creo que aún no salgo del asombro y sorpresa del giro de mi vida.

He sido corredor de bolsa los últimos 10 años de mi vida; hoy doy un giro de 180 grados a mi vida y a mis intereses. Me he venido preparando para esta misión durante los últimos 7 años de manera explícita con Armando Martí (http://www.armandomarti.com/online/index.php) y paralelamente con investigaciones personales, talleres, seminarios, conferencias, etc. Armando Martí es un reconocido investigador y psíquico, con más de 30 años de experiencia como terapeuta en tratamientos no convencionales, PNL, cibertrónica, regresiones, hipnosis, tratamientos de fobias, etc. Ha sido asesor de innumerables personalidades del país, periodistas, empresas nacionales e internacionales, y ha tratado con éxito a miles de personas con diversas dolencias físicas, psicológicas y emocionales; además, fue asesor de la Fiscalía General de la Nación. Actualmente, a través de su creación "TRASCENDENZ-Q", presta asesoría a una diversidad de industriales y empresas para la toma de decisiones sobre negocios, basándose en un programa centrado en habilidades precognitivas. A comienzos de 2012, Armando Martí (http://www.armandomarti.com/online/index.php) estará al aire en un prestigioso canal de televisión de Latinoamérica, participando en una serie sobre Fobias que será emitida en varios países de Latinoamérica. Soy su alumno desde hace 7 años y también soy cooterapeuta en muchas de sus consultas.

Bueno, mis amigos, los invito a sacudirnos del miedo, seamos conscientes de que existe, de que está latente todos los días... pero con una dosis de AMOR y de ayuda podemos vencerlo y alcanzar todos los sueños que nos propongamos.

"¡Si no soy yo, ¿quién?. Si no es ahora, ¿cuándo?!"

 

 

 




























Comentarios

  1. Muy bien Robert, gracias por compartirlo.

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  2. Muy chévere e interesante tu artículo. La verdad es que siempre estamos llenos de miedo, tanto que a veces dejamos pasar oportunidades y momentos únicos.

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  3. hay q partir del hecho de que somos propiedad de nosotros mismos, el miedo tan solo es una figura mental y no es mal el hecho que se presente, es mal el hecho de dejarlo actuar .... todo en este mundo esta diseñado para hacernos crecer, pero nada en este mundo esta aqui para destruirnos xq somos superiores al mal...existen muchas clases de miedo y esto es xq nosotros mismos los creamos... el creador de este articulo es mi padre, le he contado mis miedos y siempre mas que libros enteros, tiene letras que han logrado atenuar y desaparecer esos temores ilogicos y estupidos.... crean en su palabra !!!

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  4. oscar ivan chaves muñoz28 de febrero de 2012, 8:24 p.m.

    El amor es la escencia de la creacion, por amor, el de Dios, fuimos creados, por amor hacemos todo, los que amamos. Todo gira en torno al amor pero muchas veces no nos damos cuenta que asi es. Recordemos el 12° mandamiento "amaos los unos a los otros, como los he amado" Todo es amor. Robert un gran amigo, me alegra que estes en este camino.

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  5. Felicitaciones Robert, por tu intención de amor y compasión para la humanidad. Damos fe y nos consta, tu capacidad de servicio y ayuda a los demás, así como tus excelentes dotes de coterapeuta, investigador nato, hombre y esposo amoroso, siempre responsable con sus hijos y su hogar.

    Cuenta con nuestro apoyo incondicional, que Dios siga iluminando tu misión en la tierra.

    Armando Marti & Catherine Rodriguez(ARCATH)

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Robert Garzon

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