SIN PRISA...PERO SIN PAUSA

SIN PRISA PERO SIN PAUSA




El agitado ritmo de la cotidianidad moderna nos bombardea con innumerables responsabilidades y tareas diarias. Sin embargo, ¿cuántas de esas cosas son verdaderamente importantes y necesarias para nuestra existencia? Al final del día, si hacemos un balance de todas las actividades que realizamos, ¿cuántas realmente aportaron significado y cuántas fueron simplemente superfluas? Tal vez nos sorprenderíamos al llegar a algunas conclusiones muy interesantes.

Más allá de dar importancia únicamente a propósitos específicos e inmediatos, es esencial que comencemos a reflexionar y definir qué es realmente importante y qué no lo es en nuestra vida, de manera estructural y esencial. Un aspecto relevante para analizar es la cantidad de cosas que compramos. ¿Son verdaderamente importantes para nuestro desarrollo como personas o simplemente nos sumimos en el consumismo y el mercantilismo al que somos constantemente expuestos por los medios de comunicación?

En este punto, emerge un elemento importante: la presencia del ego. ¿Realmente necesitamos el último celular, la ropa de marca, el carro más grande, la joya más hermosa, la casa más impresionante, el poder que nos embriaga o la fama y el reconocimiento mal administrados? Si carecemos de estas cosas, nuestro ego se sentirá atacado y reaccionará conduciéndonos hacia un sentimiento de inferioridad. ¿Es esto realmente importante? Es muy probable que cuando adquirimos el último bien que aparece en los medios, nuestro ego reaccione de inmediato y quiera más, lo que nos lleva a mostrar y alardear nuestra última adquisición frente a los demás, creyendo que esto nos dará gozo y felicidad. O, en el caso contrario, si vemos a nuestro vecino poseer algo que nosotros no tenemos, nuestro ego se sentirá herido y buscará la forma de equiparar ese desbalance para estar a la par. Así, caemos en la trampa del ego y en la gran trampa del sistema actual de éxitos artificiales, donde el que más tiene es considerado el más grande, y todos buscan imitarlo. Sin embargo, el ego no debe ser quien dirija nuestras vidas, sino nuestro Yo esencial.

Es esencial rescatar y observar la verdad inmensa en lo esencial y básico. Allí radica el verdadero gozo y lo verdaderamente importante. El ser humano vino con un propósito inminente: evolucionar basándose en la prosperidad del corazón y no en la prosperidad material. Claro está, no desconocemos que necesitamos recursos para subsistir en el lugar y momento en el que nos toca vivir, eso es claro. Pero no debemos confundir que la vida no es únicamente para obtener cosas, poder, fama y dinero; sino para vivirla con la maravillosa responsabilidad divina de descubrir todos los días la presencia de un Ser único, del cual también formamos parte.

Descubramos la verdadera importancia de lo sencillo, lo básico, lo elemental que nos rodea cada día. ¿Acaso no encontramos algo maravilloso cuando vemos el brillo en los ojos de aquel ser que amamos, en un simple abrazo o en una palabra impregnada de amor? ¿O cuando disfrutamos despaciosamente de una compañía agradable en medio de una deliciosa conversación? ¿O cuando miramos hacia arriba y descubrimos un sol radiante en el marco azul de un cielo despejado y sentimos ese calor reconfortante? ¿O cuando salimos al campo y nos alejamos del ruido de la ciudad? ¿O cuando un hijo nos abraza amorosamente y nos confiesa su amor incondicional? Todas esas cosas están presentes, y muchas más, en nuestro diario vivir. Solo debemos educar nuestros sentidos y comenzar a verlas siempre.

No obstante, descubrimos una cosa y la reconfirmamos: la cotidianidad nos enceguece y no nos permite percibir esa hermosa realidad. Es lamentable caer en cuenta de ello, pero es la verdad. Entonces, detengámonos un instante y propiciemos un pequeño y sencillo momento en un día cualquiera para hacernos esa pregunta. Les aseguro que haremos grandiosos descubrimientos. Permitámonos descubrir la verdadera importancia del amor que tenemos en cada corazón, que proviene de nuestro Ser Superior, de nuestro Dios, y de esa misteriosa realidad que simplemente está ahí, esperando a que la percibamos.

Comentarios

Entradas Populares

CARTA A UN HIJO

Murmullos del silencio

ALEJANDRO JODOROWSKY FRENTE A COMO ASUMIR LA VEJEZ